jueves, 30 de abril de 2020

Bullying

Hoy el Grupo 7   abordará un tema espinoso muy presente en nuestra sociedad actual: El bullying,

En los últimos años se han destapado muchos casos de acoso en las aulas de los centros educativos en todo el mundo. Podemos verlo equivocadamente como un fenómeno aislado o como una tendencia en auge, pero sea como sea, lo que está claro es que se necesitan herramientas para saber cómo prevenir el bullying y no mirar para otro lado puesto que las consecuencias pueden ser muy graves llevando incluso al suicidio. 

El acoso escolar es una situación de maltrato que puede ser tanto físico como psicológico (o una combinación de ambos). Cuando se presenta una continuidad y la repetición de episodios de burla y agresión es cuando hablamos de bullying y cuando tenemos que afrontar el peligro de exclusión al que se expone la víctima.

Indicadores que el niño acosado puede presentar y alertar a padres y profesores en caso de que esté sufriendo bullying escolar:
  • Problemas de memoria, dificultad en la concentración y atención y descenso del rendimiento escolar.
  • Irritabilidad, depresión, ansiedad, falta de apetito, malestar generalizado, cansancio, sensación de ahogo, etc.
  • Pesadillas o insomnio. Aislamiento social, apatía e introversión.
  • Mantenerse en estado de alerta de manera constante.
  • No querer ir al colegio, ni juntarse con otros niños.
  • Faltar al colegio de forma recurrente.
  • Sentimientos de culpa y asunción de responsabilidad de los hechos.
  • Conductas de huida y evitación.
  • Negación de los hechos e incongruencias.
  • Llanto incontrolado, respuestas emocionales extremas.
  • Miedo a perder el control o a estar solo.
  • Síntomas como temblores, palpitaciones, inquietud, nerviosismo, pesimismo, etc.
  • Amenaza e intento de suicidio.
Como maestros, es importante vigilar a los niños implicados en todas estas situaciones para controlar que el problema no se agrave. Deben recoger toda la información posible sobre los hechos e informar a la dirección del centro.
Cuando se vaya a hablar con los niños, no deben limitarse únicamente al acosador y a la víctima, sino también al resto de niños implicados, aunque no participen de forma activa en el acoso. De esta forma, consiguen educar sobre las consecuencias que puede tener el acoso, al mismo tiempo que se intenta resolver el problema.

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